martes, 21 de mayo de 2013

NEVERMIND - Nirvana

Principios de los noventa. En el panorama musical internacional proliferaban las bandas de rock FM estandarizado, comenzaban las boy bands y las ondas estaban infestadas de ritmos a base de sintetizadores y música enlatada por doquier, derivada de una década, los 80, en la que la explosión de las técnicas digitales había transformado el mundo de la grabación musical.
El panorama no era nada alentador para el rock, y mucho menos llegar a pensar que la cosa podría mejorar a corto plazo. El significado de la palabra ‘comercial’ parecía haber alcanzado sus cotas más altas. Por fortuna, a veces suceden cosas como la que sucedió con la eclosión de Nirvana y su intrusión en el circuito comercial. Nevermind, el 2º LP del grupo, fue una auténtica patada en la boca a la industria, una auténtica bomba desestabilizadora caída en medio de aquel escenario sociocultural, aunque paradójicamente acabase siendo una verdadera fuente inagotable de ingresos para la misma y, por ende, el principio del fin para su maltrecho y contrariado líder, Kurt Cobain, quien acabaría muriendo dos años más tarde.¿Cómo explicar con palabras lo que significa Nevermind dentro de la historia de la música moderna más reciente? Es complejo, porque es algo que se vivió en un contexto determinado y que no se puede reproducir con palabras. Decir que se trata de un LP clásico debería bastar si ese concepto abarcase todo lo que ese fenómeno abarcó en la época. Decir que revolucionó el mundo del rock es de sobras conocido, y pese a todo, en general, la crítica sigue elogiándolo. Lo cierto es que Nevermind es una colección redonda de canciones rabiosas grunge-punk traídas al campo del pop-rock, de modo que lo underground, a través de una impresionante (y criticada) producción a cargo de Butch Vig, se convierte en algo accesible a la mayoría de público de oídos sensibles. No es necesario mencionar cada una de las canciones que componen este clásico, pero ahí están Smells Like Teen Spirit (todo un himno generacional), Lithium, In Bloom, Breed, Come As You Are, Territorial Pissings, Drain You o Something In The Way. No hay nada de relleno, de eso creo que a estas alturas estamos todos de acuerdo.
Un dato: meses antes de su lanzamiento, Geffen Records estimó las ventas en un supuesto de 250.000 copias, pero el disco sobrepasó esa cifra más de 100 veces, llegando a vender 300.000 copias a la semana durante las primeras semanas de 1992, desbancando de las listas a artistas tan potentes como Michael Jackson o U2, asestando un golpe impresionante a todo el elenco de productos y bandas más comerciales y dando testimonio del enorme impacto que causó
Nirvana, aunque eso, no necesariamente tenga que ser un indicativo de calidad, dicho sea de paso. De modo que, por tercera y última vez: estamos ante un clásico, indispensable para cualquier aficionado al rock.