La discografía de Pretenders siempre ha estado marcada y dirigida por la omnipresente batuta personal
de la contundente y tenaz Chrissie Hynde. Y es que ya lo dijo en cierta ocasión el batería Martin Chambers: “Chrissie es muy maja y divertida… mientras hagas lo que diga ella…”.
Flamante debut de Pretenders a través de un disco que ha pasado ya a la historia como uno de los mejores a todos los niveles. Se notaba que los cuatro componentes del grupo estaban perfectamente coordinados, fuertes y con ganas de comerse el mundo. Supuso un primer número uno a través del clásico “Brass in pocket”, uno de los temas más populares de la banda. El caso es que el resto de las canciones son igual de buenas y desprenden dulzura (“Kid”), confidencias (“Private life”), sexualidad (“Up the neck”, “The wait”) supervivencia (“Tattoed love boys”, “The phone call”). También baladas tan fuertes y con tanto olor a sudor post coital como “Lovers of today” que no pueden ser interpretadas ni escritas por cualquiera, mientras que la instrumental “Space invader”, se adelanta a su tiempo y no ha perdido frescura (abre una escena del episodio “House arrest”, de la segunda temporada de la exitosa serie “Los Soprano”). Por su parte, con “Stop your sobbing”, clásico de Ray Davies, Pretenders demostraron que haciendo alguna que otra cover, son los mejores. Tanto la apertura como el cierre de un buen trabajo son fundamentales: “Precious” abre este disco de presentación exponiendo claramente la gran calidad que nos espera después, mientras que “Mystery achievement” es, sencillamente, un final apoteósico.
Este disco puede llegar a gustar a los que no siguen a Pretenders; es uno de los que mejor representa esa “movida” que fue la new wave británica, a pesar de ser un grupo que, al igual que The Cure, tuvo una idiosincrasia diferente.
Flamante debut de Pretenders a través de un disco que ha pasado ya a la historia como uno de los mejores a todos los niveles. Se notaba que los cuatro componentes del grupo estaban perfectamente coordinados, fuertes y con ganas de comerse el mundo. Supuso un primer número uno a través del clásico “Brass in pocket”, uno de los temas más populares de la banda. El caso es que el resto de las canciones son igual de buenas y desprenden dulzura (“Kid”), confidencias (“Private life”), sexualidad (“Up the neck”, “The wait”) supervivencia (“Tattoed love boys”, “The phone call”). También baladas tan fuertes y con tanto olor a sudor post coital como “Lovers of today” que no pueden ser interpretadas ni escritas por cualquiera, mientras que la instrumental “Space invader”, se adelanta a su tiempo y no ha perdido frescura (abre una escena del episodio “House arrest”, de la segunda temporada de la exitosa serie “Los Soprano”). Por su parte, con “Stop your sobbing”, clásico de Ray Davies, Pretenders demostraron que haciendo alguna que otra cover, son los mejores. Tanto la apertura como el cierre de un buen trabajo son fundamentales: “Precious” abre este disco de presentación exponiendo claramente la gran calidad que nos espera después, mientras que “Mystery achievement” es, sencillamente, un final apoteósico.
Este disco puede llegar a gustar a los que no siguen a Pretenders; es uno de los que mejor representa esa “movida” que fue la new wave británica, a pesar de ser un grupo que, al igual que The Cure, tuvo una idiosincrasia diferente.
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