El Madison Square Garden fue el fin de era. La Kosmiz Blues Band, la formación que había escoltado a la diosa del rock n roll había cumplido un ciclo y la propia
Janis era consciente de ello. Para ello, en 1969 volvió a California y se estableció en una nueva casa en Larkspur. Montó una fiesta de inauguración y ya de paso, meditó acerca de su futuro,
de cómo enfocaría su carrera.
Janis estaba intentando dejar la heroína, y quizás para evadirse, junto con su amiga Linda Gravenites viajó a Brasil, para disfrutar del carnaval. El plan estaba
saliendo de forma perfecta, Janis, poquito a poco se fue desenganchando, y tuvieron una estancia en el país de lo más agradable. Cuando decidieron retornar a Estados Unidos: Janis estaba prácticamente limpia.
En Brasil conoció a George Niehaus, otro turista estadounidense del que se enamoró perdidamente. George la ayudó en su recuperación, él mismo no estaba metido en
drogas, pasaron juntos el Carnaval en Río y Janis se veía más feliz que nunca. Así, recargada y energetizada, formó a su regreso The Full Tilt Boogie Band, que era una banda con muchísimo más empaque que la Kozmic Blues
Band.
Con ellos giró a principios del año 70, acallando a los críticos y encabezando los principales festivales tras el chasco que supuso su actuación en Woodstock. Buscaba
una banda que se compenetrara, no quería músicos a sueldo, por lo que el fortalecimiento de los vínculos con la banda se le antojó más importante que lanzar un disco de inmediato a pesar de que Columbia presionaba para
ello. Janis se satisfizo realizando lo que mejor sabía hacer: ofrecer recitales a diestro y siniestro. Así la banda estaría más conjuntada y para el verano quedó lista para entrar al estudio para grabar un nuevo disco.
Sin embargo, pese a las esperanzas que se atisbaban en el horizonte concernientes al ámbito musical; la realidad en la vida personal de Joplin era bien distinta: había vuelto a recaer en la heroína y por ende; George la
dejó.
Janis y su nueva banda se metieron a grabar este disco en Septiembre de 1970 en los estudios Sunset Sound de California. Usó a Paul Rotchild en la producción, una
persona que ya gozaba un remarcado prestigio al ser el productor de cabecera de los Doors. Así, Janis se había rodeado de gente rebosante de madurez musical para hacer este álbum, con el que pretendía demostrar que estaba
lista y madura para ser una mujer independiente de los Big Brothers tras las críticas del Kozmic Blues y Woodstock. Se había dado el tiempo necesario, lucía más serena y alegre, había preparado a su banda, tenía buenas
canciones. Todo se había dado, excepto una cosa: la parca ya había enhebrado el hilo y lo había cortado, definiendo el futuro de la diosa del rock.
Por dentro, Janis estaba enterrada en vida, la ruptura con George le dejó una incisión en el corazón de la que nunca se recuperó. Pese a ello, y quizás para no
preocupar a su banda, en las sesiones pretendía dar signos de gozar de una estupenda vida interior, de una vitalidad que se habría de contagiar respecto a sus compañeros. Janis vivió esos últimos instantes de su vida
enmascarando sus sentimientos, vedando a los demás las miserias y podredumbres de su corazón, donde duele inspira; y eso ayudó a Joplin a realizar un disco como "Pearl".
Pearl erminaría siendo de sus mejores discos, con un sonido más pulido y direccionado. El Cheap Thrills es su obra cumbre, pero el sonido es menos refinado, pero en
el Pearl se nota ya cierta madurez en la voz y el sonido general. Este disco fue por así decirlo la cura del alma de Janis. Una manera de purgar no sólo con su pasado, sino también con su presente y quizás también estuviese
concebido como un ungüento para todas las heridas y todo el menoscabo psicológico que había sufrido.
Comienza el álbum con Move Over rockera, furiosa, con fuerte presencia de las guitarras, iniciando una especie de diálogo-réplica y con la voz de Joplin dominando la escena. Una canción que es sinónimo de energía
pura cuyo órgano va creando destellos al lado de una sección rítmica que no da tregua alguna. La muralla sónica que se va creando hasta que a partir del minuto uno, la canción cambia totalmente de registro para explotar
y dar comienzo a un estupendo solo de guitarra que se mezcla con la voz de Janis para luego despegarse de ella y seguir su propio camino. Joplin canta de la forma que mejor sabe: visceral, apasionada, toda una oda al dolor
que le produjo la separación de su gran amor. Unas cuerdas vocales que hablan de traición y que atestiguan la estupenda actuación que la Perla realiza en este tema. A decir verdad, pese que en este disco hay canciones muy
buenas; no se me ocurre mejor forma de abrir el disco que con este tema.
Cry Baby la conocemos todos, es uno de los himnos imprescindibles de Janis. Un tema mucho más emocional, más cercano al blues y cuyo manejo de la voz es sin lugar a dudas excepcional. Desgarradores
los gritos del coro, que ponen de manifiesto la mejora vocal de la buena de Janis. Ella dirige a la banda, va marcando los tiempos, los pasos a seguir, gradúa a su antojo la intensidad de la canción y transmite una emotividad
pasmosa. La guitarra realiza una labor más que notable con los arpegios, crea unos atmósferas serenas hasta que una vez más el estribillo revienta la canción. Es impresionante cómo desgarra este tema y la pasión y sentimiento
que Janis le pone, quizás sólo se vea superada por "Summertime", por citar un ejemplo.
A Woman Left Lonely dulcifica el corazón de Janis mediante una voz susurrada, que nos muestra el comienzo de una balada con la presencia acertada del piano, que ayuda a crear un ambiente más cercano al pop.
Janis vuelve a realizar otra labor vocal sumamente genial, mostrándose más pesimista que nunca. Un canto a la soledad que puebla la mayoría de los corazones humanos sin muchas veces saberlo nosotros. EnHalf Moon Janis intenta sonar más alegre, explorando otros parajes musicales como por ejemplo el funk, con la guitarra realizando un
efecto etéreo amén de un excelente riff de guitarra lleno de cambios de ritmo y que ejemplifican la liberación del alma de "La Voz". Remarcar también el efecto bamboleante de la sección rítmica, especialmente el bajo
y la batería junto con el teclado crean una atmósfera más divertida.
Buried Alive In The Blues y My Baby ponen de manifiesto el enorme poder sonoro de la banda de Janis, especialmente
en el primero: un tema instrumental con unos punteos de guitarra deudores del blues, el órgano creando una estela maravillosa y la batería tocando ritmos más cercanos al jazz por momentos. La segunda en cambio recupera
a la Joplin al máximo nivel, sobre todo en el estribillo, secundada por esos coros de música gospel y donde el piano vuelve a ejercer de perfecto actor secundario, con una melodía maravillosa, creando una escala ascendente
maravillosa, el solo: breve, pero muy bueno.
Me&Bobby McGee con una guitarra acústica suavemente rasgueada y con unos rasguños de eléctrica, realizando un subterfugio de slide. El órgano y el piano vuelven a tomar protagonismo, al igual que
el bajo sobre las guitarras. Joplin vuelve a enhebrar una de las mejores interpretaciones del disco. La jam del final es sencillamente sensacional: alternando solos de guitarra, piano, órgano y guitarra, pero una vez más
la canción es dominio de Janis, luciéndose y sin esa carga emocional aterida e hiriente que sus cuerdas vocales transmitían en los dos primeros temas.
Mercedes Benz quedó sin terminar. La música se agregaría después, pero Rotchild decidió dejarla a capella, a manera de homenaje. Y la verdad es que no necesita más nada. La banda apenas se percibe
aquí, pero ella se basta con su voz para hacer una canción impresionante, que engancha, muy buena melodía vocal, mucho sentimiento y una letra donde el escarnio y la chanza están muy presentes, y me encanta cuando no invita
con ese “Everybody!”. Cabe mencionar que fue escrita por ella misma. Dura apenas 1:45 y pone de manifiesto la enorme potencia vocal que esta mujer tenía, y cómo, aparte de mostrar los recovecos ocultos de su corazón:
sabe mostrarse divertida y alegre, como bien demuestran las risas del final.
Trust Me una balada bonita, sensual y con Janis mostrando otra vez su faceta más íntima con una guitarra, que como sucede en otros temas, se encuentra ligeramente relegada si lo comparamos con
los omnipresentes órganos y teclados. Los estribillos son más calmados, lejos del ardor vocal que ésta había mostrado hasta ahora en éstos. Get It While You Can desluce un poco el final, y es que precisamente el disco sólo peca de una cosa: del exceso de baladas. Vale que
si son como por ejemplo "Cry Baby", la cosa cambia, pero al último track del disco nunca le he visto nada del otro mundo. Y es una pena, porque si esta canción no se hubiese incluido, estaríamos hablando de un disco casi
perfecto.
Un disco póstumo de grandísimo nivel, como por ejemplo el "Made In Heaven" de Queen. Un perfecto ejercicio retrospectivo y de psicoanálisis hecho por la propia Janis
de su propio corazón. Una lástima que la vida y la voz de Janis se haya cortado tan pronto. Pero nos legó cuatro discos de estudio cuyo eco aún resuena en el mundo de la música. Puede que hayan habido cantantes más guapas
que ella, con mayor técnica y mejor presencia, pero el mérito de esta dama radica en haber abierto un resquicio por el cual muchas frontwomen se moverían años después. A día de hoy, cuarenta y pocos años después de
su muerte, nadie, y recalco lo de nadie, se ha atrevido ni siquiera a toser a la perla del rock. Nine points, cinco cuernos.