Una
vez en mi juventud un disco me cautivo, mágico fue. No necesita nada
mas, con la imaginación bastaba.
Cabalgando
entre las nubes, has
vivido tú.
Entrelazando
sueños locos, siempre
he estado yo.
Es
tan grande el mundo, no te lo creerás. Y no hay jaulas fuera contra
qué luchar.
Dime
qué prefieres, si poder vivir tan sólo un día libre, o en tu jaula
mil. Morirás por no saber contra qué luchar.
Si te
quedas vivirás, sin ver nada más.
(LOS
PAPIS)
Deja
esas ideas que ahora tienes de escapar. Todos han pasado lo que tú
vas a pasar.
Si no
hay problemas cada sábado vendrás a casa. Volverás más serio,
hecho un hombre de verdad.
Todas
tus locuras en la a�41; acabarán.
Luego
te colocas, puedes formar un hogar.
Son
fragmentos de las canciones del álbum que mas o menos vivimos la
mayoría en nuestra juventud en
una tarde de martinis con
los colegas,
en cualquier parte de la
orbe.
Luego el tiempo se encargara de demostrarte que la vida es más
desmesurada y más difícil de superar, ya que la tenemos acuñada en
nuestro corazón.
Recupero
este
álbum
de mi colección que lo escuche por primera vez por las calles
de
mi pueblo, que bullían
de gente que iba y venía, hablando y
riendo.
Cada calle
atestada desembocaba en otra más repleta aún, y las minúsculas
plazuelas no desahogaban la situación, sino todo lo contrario; allí
los chiringuitos
aprovechaban hasta el más mínimo resquicio para subir
el volumen de
los altavoces,
en
los que ofrecer sus existencias.
El olfato se veía golpeado a cada paso. El tufo del
hachís en las
calles
se mezclaba con el aroma del
sándalo
hasta embotar los sentidos.
Si
todo hiciera crack es
el primero y único testimonio que tenemos del grupo gijonés de rock
progresivo Crack.
El disco se grabó en Madrid en la primavera del 79 en los estudios
Audiofilm a cargo del ingeniero de grabación Luis Fernández Soria y
se dispuso de tan sólo 5 días de estudio para la grabación. El
disco fue publicado originalmente en formato LP por la discográfica
Zafiro dentro de su sello Chapa destinado a sus grupos de rock.
Posteriormente el disco ha sido reeditado hasta tres veces en Japón
y Corea del Sur.
Cuando
acudieron al estudio a grabarlo el productor les impuso una
condición: recortar los larguísimos temas para llegar a un número
razonable. Así pues,la primera tarea fue recortar esos temas y
retocar para encontrar una cierta coherencia a lo que iba a incluirse
en el disco. Se acordó dividir "El Cid", un tema muy
largo, con mucha épica sinfónica en tres temas que claramente
podían quedar diferenciados: “Descenso en el Mahëllstrong”,
“Marchando una del Cid” y “Epílogo”. A “Amantes”, “Si
todo Hiciera” y “Cobarde” también hubo que recortarlos.
Especialmente para la grabación contaron con Encarnación González
"Cani", una chica de Oviedo que se encargó de las voces
femeninas del álbum. Todas las voces de Cani e incluso algún apoyo
vocal de Mento se prepararon directamente en los descansos entre una
y otra grabación. A pesar de esas reticencias iniciales, el grupo se
mostró satisfecho con el resultado.
Lo
que les caracterizaban especialmente es que en lugar de estar
influenciados por los grupos británicos que por aquella época ya
estaban de capa caída, estaban influenciados por el Progresivo
italiano, tipo PFM
o Locanda
delle Fate.
Se
trata de un álbum decididamente sinfónico, pletórico de teclados
que combinan los elementos característicos del género con tonadas
de abolengo español. Hay composiciones que presentan la suntuosidad
propia del subgénero, pero logran eludir la mayor parte del tiempo
la pompa exagerada y logrando momentos realmente bellos. Cantado en
castellano con voces masculinas y femeninas con abundancia de coros,
algunos con falsetes que corren serios riesgos de caer en el terreno
de lo jocoso. La instrumentación cuenta también con guitarras
eléctricas y españolas y algo de flautas, sin que prácticamente en
ningún momento se extrañe el neto predominio de las teclas. Mento
Hevia, quien luego establecería una carrera musical solista ofrece
semejanzas estilísticas con los maestros italianos de los teclados
pero también en algunos pasajes me recuerda a Tony
Banks. Pese a transitar muy cerca de los márgenes de la
fastuosidad, es un álbum que permanece dentro de los terrenos del
buen gusto, siendo uno de los mejores discos de la historia del rock
sinfónico español; destacando temas como el instrumental abrasador
"El Descenso en el Mahellstrong", "Amantes de le
Irrealidad", y de manera especial el tema que da titulo al
álbum, con mucho teclado e interacciones de flauta.
-
Descenso
En El Mahëllstrong – 5:24
-
Amantes
De La Irrealidad – 6:11
-
Cobarde
O Desertor – 4:53
-
Buenos
Deseos – 3:51
-
Marchando
Una Del Cid (Part 1, 2) – 7:43
-
Si
Todo Hiciera Crack – 10:08
-
Epilogo
- 2:17
-
Alberto
Fontaneda: voz, guitarra y flautas.
-
Alex
Cabral: bajo.
-
Mento
Hevia: teclados y voz.
-
Manolo
Jiménez: batería.
-
Rafael
Rodríguez: guitarra.
-
Encarnación
González "Cani": voz y coros.