Alta
suciedad
es el quinto álbum de estudio del músico argentino Andrés
Calamaro. Lanzado en 1997, fue su primer disco de canciones
nuevas, compuestas por el cantautor en su totalidad, tras su
separación de la banda Los
Rodríguez.
Fue
producido por Joe Blaney y grabado con músicos anglosajones en
Estados Unidos. Es el segundo disco más vendido del rock argentino y
la revista Rolling Stone lo ubicó en el décimo puesto de su lista
de los 100 mejores álbumes del rock argentino. La canción "Loco"
fue censurada en múltiples ocasiones y ocasionó inconvenientes
legales al cantautor, puesto que el primer verso dice "Voy a
salir a caminar solito, sentarme en un parque a fumar un porrito".
lafonoteca.net,
"Alta
suciedad" es
un
disco soberbio que se nutre del talento de un compositor en estado de
gracia y de la calidad de unos músicos que barnizaron la grabación
de música negra. Ninguna de las canciones flaquea, nada es
prescindible, todo suma. Una delicia para los oídos.
Abre
el disco la canción que le da nombre, un petardazo que estimula el
espíritu insurgente y carga contra la clase política argentina,
siempre en descrédito. Hasta parece anticipar el corralito: “Señor
banquero / devuélvame el dinero / Por ahora, / es lo único que
quiero / Estoy cansado de los que vienen de amigos / y solo quieren
rellenarme el agujero”. Le
sigue la evocadora "Todo
lo demás",
repleta de imágenes brillantes y con algunos versos definitivos:
“Puedo
presumir de poco / porque todo lo que toco se rompe / Te presté un
corazón loco / que se dobla con el viento y se rompe”.
En
este último tema, Blaney quedó tan encantado con los coros que
Calamaro había hecho en la maqueta que se cuidó mucho de hacer
grandes modificaciones.
"Todo
lo demás"
deja paso a "Donde
manda marinero",
una de las mejores canciones que Calamaro haya facturado. Monumento a
la insatisfacción, tiene trazas de tango
y gana con cada escucha: “Con
el crudo de las bodegas, volveré a buscar / todo el tiempo vivido
que hemos perdido sin protestar. / Voy a probar primero al olvido, a
lo ajeno / voy a mandar al retiro, de un tiro, al culpable de mi
soledad”. "Loco",
un funk
redondo donde los músicos se lucen y que se convirtió en single,
relaja un poco la intensidad, es un remanso a la espera de la próxima
vuelta de tuerca.
Y
la siguiente vuelta de tuerca es la célebre "Flaca",
que por muchas veces que suene en las radios -parece como si el autor
no tuviese otras canciones- seguirá manteniendo intacta su belleza.
Una melodía de inicio arrebatadora da paso a una letra majestuosa,
que habla del amor con espinas, el que duele y da vida a la vez, del
que deja marca: “Flaca,
no me claves tus puñales por la espalda / tan profundo, no me
duelen, no me hacen mal. / Lejos, en el centro de la tierra, las
raíces del amor / donde estaban quedarán”. Una
maravilla que los músicos impregnan de soul
y que habla, dice Calamaro, “de
los pequeños daños que nos hacemos a veces las personas”.
La
rebeldía ante la realidad, que aparecía ya en "Alta
suciedad"
y "Donde
manda marinero",
parece conectar los siguientes cortes del disco, "¿Quién
asó la manteca?"
y "Media
Verónica".
El primero es un funk
al ralentí que brama contra el tedio y la mentira, y el segundo
cuenta la historia de una joven golpeada por la guerra: “Llegó
una carta desde el frente / el cántaro se rompe / y se secó la
fuente”.
"El
tercio de los sueño",
una canción donde se confunden el blues
y la ranchera
y que ambienta un amor fatal en la corrida de toros de San Isidro,
remite a José Alfredo Jiménez y a Bob Dylan, y demuestra que aún
en las piezas aparentemente menores el talento de Calamaro es un
manantial: “hay
un hombre que recuerda / y aunque la memoria muerde y no le engaña /
en la tela de araña cayó / y la mantis ya se lo comió”. La
pequeña "Comida
china"
es otro de los momentos de descompresión del disco.
"Elvis
está vivo"
bromea con las leyendas sobre la falsedad de la muerte del rey del
rock,
aunque la letra parece hablar más bien de una tradición que sigue
viva -“en
Memphis lo saben todos / pero es gente muy discreta / y no dice
nada”-,
y acaba invocando humildemente a la inspiración -“Elvis
es un buen tío, / espero que me invite a comer”.
"Me
arde",
otro de los single,
trata de espantar a los celos mientras que la balada
"Crímenes
perfectos"
trata de aliviar una ruptura y supone otra de las cumbres de la
grabación, con versos maravillosos: “Me
parece que soy / de la quinta que vio / el Mundial 78 / Me tocó
crecer / viendo a mi alrededor / paranoia y dolor / La moneda cayó /
del lado de la soledad”.
"Nada
es igual",
un reggae
que huele a pura marihuana y contiene un recitado del filósofo
Antonio Escohotado, precede a la guinda del disco, "El
novio del olvido".
Una gema acústica que, con ironía, habla de la ¿imposibilidad? de
mantener los lazos muerta ya una relación, y que Ribot teje con su
guitarra. Es un brillante punto y final al álbum.
Un
trabajo imbatible, que dispersó (al menos entre la mayoría) la
nostalgia de Los Rodríguez, y que colocaba a Calamaro a la altura de
cualquier estrella (Rolling Stone lo eligió como mejor disco de la
historia del rock
argentino). Él mismo habla de la ambición que se escondía tras
"Alta Suciedad": “Fue
quizá el primer álbum en castellano con capacidad para venderse en
India o New York, el primero hecho para conquistar el mundo”.
Diego A. Manrique, en
“Alta suciedad” AC habla de amor sin obviedades. Trenza
autobiografía con fantasía. Transmite su espíritu insurgente con
sutileza. Explora estilos sin recurrir a la fotocopiadora. Destila
esencias musicales y vitales en forma de golosinas engañosamente
digeribles.
Todas las canciones escritas por Andrés Calamaro.
- Alta
suciedad (4:27)
- Todo
lo demás (2:50
- Donde
manda marinero (4:04)
- Loco
(3:41)
- Flaca
(4:47)
- ¿Quién
asó la manteca? (4:25)
- Media
Verónica (3:37)
- El
tercio de los sueños (3:54)
- Comida
china (2:10)
- Elvis
está vivo (3:00)
- Me
arde (3:37)
- Crímenes
perfectos (4:24)
- Nunca
es igual (7:44)
- El
novio del olvido (2:24)
- Catalina,
Bahía (Bonus Track) (5:12)
- Voz,
piano, teclados, sintetizador, mellotrón, hand-clapper, guitarra
Andrés
Calamaro.
- Guitarra
- Hugh McCracken, Marc
Ribot y Eddie Martínez.
- Bajo
- Charly Drayton y Chuck Rainey.
- Batería
- Steve Jordan.
- Vientos
- Crispin Cioe y Ken Fradley.
- Coros
- Celeste
Carballo. Palito
Ortega
en " elvis esta vivo"