sábado, 26 de julio de 2014

ALTA SUCIEDAD - Andrés Calamaro

Alta suciedad es el quinto álbum de estudio del músico argentino Andrés Calamaro. Lanzado en 1997, fue su primer disco de canciones nuevas, compuestas por el cantautor en su totalidad, tras su separación de la banda Los Rodríguez.
Fue producido por Joe Blaney y grabado con músicos anglosajones en Estados Unidos. Es el segundo disco más vendido del rock argentino y la revista Rolling Stone lo ubicó en el décimo puesto de su lista de los 100 mejores álbumes del rock argentino. La canción "Loco" fue censurada en múltiples ocasiones y ocasionó inconvenientes legales al cantautor, puesto que el primer verso dice "Voy a salir a caminar solito, sentarme en un parque a fumar un porrito".

lafonoteca.net, "Alta suciedad" es un disco soberbio que se nutre del talento de un compositor en estado de gracia y de la calidad de unos músicos que barnizaron la grabación de música negra. Ninguna de las canciones flaquea, nada es prescindible, todo suma. Una delicia para los oídos.
Abre el disco la canción que le da nombre, un petardazo que estimula el espíritu insurgente y carga contra la clase política argentina, siempre en descrédito. Hasta parece anticipar el corralito: “Señor banquero / devuélvame el dinero / Por ahora, / es lo único que quiero / Estoy cansado de los que vienen de amigos / y solo quieren rellenarme el agujero”. Le sigue la evocadora "Todo lo demás", repleta de imágenes brillantes y con algunos versos definitivos: “Puedo presumir de poco / porque todo lo que toco se rompe / Te presté un corazón loco / que se dobla con el viento y se rompe”.
En este último tema, Blaney quedó tan encantado con los coros que Calamaro había hecho en la maqueta que se cuidó mucho de hacer grandes modificaciones.
"Todo lo demás" deja paso a "Donde manda marinero", una de las mejores canciones que Calamaro haya facturado. Monumento a la insatisfacción, tiene trazas de tango y gana con cada escucha: “Con el crudo de las bodegas, volveré a buscar / todo el tiempo vivido que hemos perdido sin protestar. / Voy a probar primero al olvido, a lo ajeno / voy a mandar al retiro, de un tiro, al culpable de mi soledad”. "Loco", un funk redondo donde los músicos se lucen y que se convirtió en single, relaja un poco la intensidad, es un remanso a la espera de la próxima vuelta de tuerca.
Y la siguiente vuelta de tuerca es la célebre "Flaca", que por muchas veces que suene en las radios -parece como si el autor no tuviese otras canciones- seguirá manteniendo intacta su belleza. Una melodía de inicio arrebatadora da paso a una letra majestuosa, que habla del amor con espinas, el que duele y da vida a la vez, del que deja marca: “Flaca, no me claves tus puñales por la espalda / tan profundo, no me duelen, no me hacen mal. / Lejos, en el centro de la tierra, las raíces del amor / donde estaban quedarán”. Una maravilla que los músicos impregnan de soul y que habla, dice Calamaro, “de los pequeños daños que nos hacemos a veces las personas”.
La rebeldía ante la realidad, que aparecía ya en "Alta suciedad" y "Donde manda marinero", parece conectar los siguientes cortes del disco, "¿Quién asó la manteca?" y "Media Verónica". El primero es un funk al ralentí que brama contra el tedio y la mentira, y el segundo cuenta la historia de una joven golpeada por la guerra: “Llegó una carta desde el frente / el cántaro se rompe / y se secó la fuente”.
"El tercio de los sueño", una canción donde se confunden el blues y la ranchera y que ambienta un amor fatal en la corrida de toros de San Isidro, remite a José Alfredo Jiménez y a Bob Dylan, y demuestra que aún en las piezas aparentemente menores el talento de Calamaro es un manantial: “hay un hombre que recuerda / y aunque la memoria muerde y no le engaña / en la tela de araña cayó / y la mantis ya se lo comió”. La pequeña "Comida china" es otro de los momentos de descompresión del disco.
"Elvis está vivo" bromea con las leyendas sobre la falsedad de la muerte del rey del rock, aunque la letra parece hablar más bien de una tradición que sigue viva -“en Memphis lo saben todos / pero es gente muy discreta / y no dice nada”-, y acaba invocando humildemente a la inspiración -“Elvis es un buen tío, / espero que me invite a comer”.
"Me arde", otro de los single, trata de espantar a los celos mientras que la balada "Crímenes perfectos" trata de aliviar una ruptura y supone otra de las cumbres de la grabación, con  versos maravillosos: “Me parece que soy / de la quinta que vio / el Mundial 78 / Me tocó crecer / viendo a mi alrededor / paranoia y dolor / La moneda cayó / del lado de la soledad”.
"Nada es igual", un reggae que huele a pura marihuana y contiene un recitado del filósofo Antonio Escohotado, precede a la guinda del disco, "El novio del olvido". Una gema acústica que, con ironía, habla de la ¿imposibilidad? de mantener los lazos muerta ya una relación, y que Ribot teje con su guitarra. Es un brillante punto y final al álbum.
Un trabajo imbatible, que dispersó (al menos entre la mayoría) la nostalgia de Los Rodríguez, y que colocaba a Calamaro a la altura de cualquier estrella (Rolling Stone lo eligió como mejor disco de la historia del rock argentino). Él mismo habla de la ambición que se escondía tras "Alta Suciedad": “Fue quizá el primer álbum en castellano con capacidad para venderse en India o New York, el primero hecho para conquistar el mundo”.

Diego A. Manrique, en “Alta suciedad” AC habla de amor sin obviedades. Trenza autobiografía con fantasía. Transmite su espíritu insurgente con sutileza. Explora estilos sin recurrir a la fotocopiadora. Destila esencias musicales y vitales en forma de golosinas engañosamente digeribles.

Todas las canciones escritas por Andrés Calamaro.
  1. Alta suciedad (4:27)
  2. Todo lo demás (2:50
  3. Donde manda marinero (4:04)
  4. Loco (3:41)
  5. Flaca (4:47)
  6. ¿Quién asó la manteca? (4:25)
  7. Media Verónica (3:37)
  8. El tercio de los sueños (3:54)
  9. Comida china (2:10)
  10. Elvis está vivo (3:00)
  11. Me arde (3:37)
  12. Crímenes perfectos (4:24)
  13. Nunca es igual (7:44)
  14. El novio del olvido (2:24)
  15. Catalina, Bahía (Bonus Track) (5:12)

  • Voz, piano, teclados, sintetizador, mellotrón, hand-clapper, guitarra Andrés Calamaro.
  • Guitarra - Hugh McCracken, Marc Ribot y Eddie Martínez.
  • Bajo - Charly Drayton y Chuck Rainey.
  • Batería - Steve Jordan.
  • Vientos - Crispin Cioe y Ken Fradley.
  • Coros - Celeste Carballo. Palito Ortega en " elvis esta vivo"