En 1971 nadie aún lo sabía, pero la idea de publicar “un álbum póstumo” del guitarrista Jimi Hendrix perdería originalidad con el paso de los años. Sin embargo, The Cry of Love es, más que cualquier otro (exceptuando Rainbow Bridge, que funcionó como la segunda parte del disco que estamos abordando aquí), una propuesta legítima de lo que el guitarrista
tenía concebido como un trabajo futuro.
Las grabaciones están con un alto grado de avance, lejos de las maquetas sobre-explotadas de lanzamientos futuros. Este iba a ser un disco llamado First Rays of the New Raising Sun (tal cual se lanzó en los noventas), bien pensado y casi perfectamente pulido. Y aquello se siente.
Porque The Cry of Love es, por lejos, la mejor oferta de material inédito que alguna vez hayamos tenido de Jimi.
Queda claro al revisar el tracklist, y descubrir un par de clásicos de Jimi, que para todos los que llegamos a su música con años de retraso, tienen tan validez como
los “Hey Joe”, “Purple Haze” o “Voodoo Child”. Hablamos de “Freedom” y, en especial, “Angel”. Cada una con su magia, y mostrando la amplitud de campos en los que Jimi era capaz de desarrollar su talento.
Aunque siempre vayamos a recaer en la referencia al Hendrix guitarrista, de cómo electrificó a una era, es un deber reconocer su calidad compositiva y la sensibilidad
desarrollada a la hora de escribir baladas. “Angel” es sólo un ejemplo, porque The Cry of Love además ofrece otras exponentes de primera: “Drifting” y “Belly Button Window”.
La circunstancia hace que aquí Jimi no se haya hecho acompañar por una banda determinada, sino que los músicos van rotando de acuerdo al tema. Incluso así, no podríamos
decir que el recorrido del álbum se nos hace inconexo, y esa es una gran sorpresa.
“Ezy Rider” es uno de los rocanroles más vertiginosos de la carrera del moreno innovador de Seattle. “Night Flying Bird” es menos estruendosa, retratando quizás
cierta madurez sonora ausente en sus más vehementes trabajos con la Experience. Con “My Friend”, Hendrix deja en claro que en 1970, su composición ya estaba para mirar cara a cara a sus maestros. Y el de “Straight
Ahead” es, quizás, lo más tradicional en la escuela del propio músico.
Si estas 10 pistas incluidas en The Cry of Love comparten una vibra común es algo que queda a criterio de cada uno. Pero lo que no se puede discutir es que cada una de ellas, por separado, tiene una orientación definida, y que se siente
la mano de su autor en cada segundo. La revisión definitiva de la carrera de Jimi Hendrix no puede dejar pasar este trabajo, digno de pararse al lado de los que el legendario músico hizo en vida.