Cold
Fact
fue el primer álbum del músico y compositor estadounidense
Rodríguez,
editado en marzo de 1970 por el sello Sussex
Records.
Incluye canciones que combinan folk rock, rock psicodélico y pop con
letras de contenido social.
Cuenta
la leyenda que Sixto Rodríguez subió al escenario, se roció de
gasolina y se prendió fuego durante una actuación. En Sudáfrica
hay muchas teorías sobre la muerte de este genial músico
estadounidense que dejó la música tras el fracaso comercial de sus
discos de los años setenta sin saber que en Sudáfrica era una
estrella a la altura de Elvis. Sixto ajeno a todas estas historias
seguía vivo, llevando una vida sencilla como obrero de la
construcción en Detroit.
Rolling
Stone.es,
Malik
Bendjelloul
se encontró con la increíble historia de Sixto Díaz Rodríguez en
una tienda de discos de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Se la contó el
dueño y es apasionante.
Sixto
fue un cantautor de origen mexicano que nació en Detroit.
Descubierto por unos productores de la Motown, se empeñaron en
convertirlo en el
nuevo Dylan
por su duras letras sobre los barrios pobres de las ciudades
industriales como la suya. Pero fracasaron en el intento. Publicó
dos
discos,
que no tuvieron éxito: Cold
fact,
en 1970 y Coming
from reality,
en 1971. Ante el ostracismo generalizado, Sixto
desapareció.
Pero
no en todas partes. Su disco Cold
fact
llegó a Sudáfrica
convertido en número uno
con casi medio millón de ejemplares vendidos. Sus letras fueron
estandarte de la lucha
contra el apartheid.
Pero
el bloqueo impuesto por el racista poder blanco negó al
mundo conocer
la hazaña de Rodríguez en el país africano, donde, pese a que
muchos pensaban que estaba muerto, se
convirtió en un mito.
Tras
conocer la historia, Bendjelloul lo localizó. Seguía
vivo, trabajando como obrero de la construcción
y tenía tres hijas. Ante la sorpresa decidió convertirla en una
película de aventuras llamado Seaching
for Sugar man,
que ganó el premio Mejor
Película Documental
Internacional
de
la décima edición del festival de cine musical documental Beefeater
In-Edit.
Las
ventas del disco fracasaron en Estados Unidos debido en parte a que
su sello era distribuido por Buddah Records, otra compañía
discográfica que apenas tenía acceso al circuito de emisoras Fm
orientado en ese entonces a divulgar artistas de géneros similares.
Sin
embargo se convirtió en un disco de culto en Sudáfrica donde vendió
alrededor de 60.000 copias, una cifra inusual para ese país, sin
contar la distribución en ediciones no autorizadas. La razón
principal de este éxito se hallaba en que las letras de las
canciones sintonizaban con el clima de disconformidad de amplios
sectores de la población joven blanca con el apartheid, el rechazo
al servicio militar obligatorio para blancos y el clima de represión
cultural y sexual imperante en los años 70 en la sociedad
sudafricana.
También alcanzó gran difusión en Australia y Nueva Zelanda, en base a lo
cual Rodríguez realizó una gira por estos países entre 1979 y
1980. El éxito que este disco tuvo en los países de habla inglesa
del hemisferio sur y su estatus como uno de los símbolos de la
contracultura sudafricana en tiempos del apartheid, fueron durante
muchos años desconocidos por el propio Rodríguez.
En
2008 fue reeditado en Estados Unidos por el sello Light in the
Attic.
- Sugar
Man – 3:45
- Only
Good For Conversation – 2:25
- Crucify
Your Mind – 2:30
- This
Is Not a Song, It's an Outburst: Or, The Establishment Blues –
2:05
- Hate
Street Dialogue – 2:30
- Forget
It – 1:50
- Inner
City Blues – 3:23
- I
Wonder – 2:30
- Like
Janis – 2:32
- Gommorah
(A Nursery Rhyme) – 2:20
- Rich
Folks Hoax – 3:05
- Jane
S. Piddy – 2:54
- Rodriguez:
voz,
guitarra acústica
- Dennis
Coffey: guitarra
eléctrica
- Mike
Theodore: teclados
- Andrew
Smith: bateria
- Bob
Pangborn: percusión
- Bob
Babbitt: bajo
- Detroit
Symphony (Leader Gordon Staples): cuerdas
- Líder
de Carl Reatz: cuernos
- 3 trombones, saxofón barítono
- Amigos
y familiares de Joyce Vicente y Telma Hopkins: niños
del coro en "Gomorra"